La historia de Mateo
Mateo es un niño de 12 años con secuelas de toxoplasmosis congénita, pero que gracias a la posibilidad de permanecer en una rehabilitación integral intensiva ha logrado mejorar su calidad de vida, le encantan los animales y desde hace algún tiempo quería conocer una familia muy variada.
El día llegó y queremos contarles lo maravilloso de este encuentro:
Mateo siempre esta bruxando sus dientes, manteniendo su mandíbula rígida, pero cuando llegó, entro en un estado de relajación increíble.
Tampoco le gusta caminar mucho pero también se vio motivado a hacerlo, caminó hasta donde estaban algunos animalitos y enseguida se sentó en el piso tratando de acariciar a Emma la minipig, ella no se dejó, es un poco desconfiada así que se fue, pero Afrika la gran danés llego a acompañarlo un momento.
Trato de darle una zanahoria a Dakota (minihorse)pero le dio un poco de miedo y mas bien se la tiro en el piso, le acaricio la carita, la crin, , y con un cepillo la peino en el cuerpo por un instante.
Luego, pudo cargar a Kylo el bengal un momento, y decidió caminar de nuevo hacia donde estaba Minnie moo la mini holstein, su mamá lo había sentado en la silla pero el no quería, se bajó y gateando llego donde Minnie moo y le cantó una cancioncita ( duérmete vaca duérmete ya, que sino viene el coco y te comerá) mientras la palmoteaba. Hay que decir que Minnie moo se para y se aleja cuando se le acercan personas que no conoce, pero esta vez se quedo quieta y acostada.
Todo el tiempo hacia los sonidos de los animales, y realizaba un gesto con sus manos que expresa felicidad.
Se acostó mirando al cielo y lo vimos extasiado, tranquilo, pleno.
Luego, se sentó de nuevo, y como si Emma hubiera entendido la necesidad del niño, vino a donde él estaba y lo dejo acariciarla, Mateo estaba feliz!!!
No hubiéramos podido pedir mas con este encuentro, Mateo se fue feliz, fue un niño muy dichoso por unas horas, y aun en la noche antes de acostarse, seguía haciendo los sonidos de los animalitos, deseando seguramente poder estar con ellos de nuevo.
Este es el poder que tienen los animales en la vida de un niño, les brinda una tranquilidad, serenidad y alegría, que ni el mas costoso de los juguetes podría lograr.